QUILMES...


Quilmes volvió a mostrar anoche las dos caras que había presentado en el Monumental, aunque lógicamente la diferencia no fue tanta por la jerarquía del plantel de River.
Perdió 4 a 2 ante el hoy líder Colón de Santa Fe, que supo aprovechar sobremanera las ofertas del Cervecero.
Empezó ganando el Sabalero, tras un grueso error defensivo quilmeño y lo empató el equipo de Grelak, tras un excelente centro de Morales que cabeceó con precisión Ezequiel Rescaldani.
La paridad que hubo en la primera etapa se quebró en la segunda, cuando Colón se puso en ventaja por un penal (mano de Calello).
En medio de un diluvio, que afectó el juego y el campo, Colón como buen sabalero se adaptó mejor a las circunstancias y pudo estirar las cifras con dos rápidos goles, aprovechando las indecisiones de la zaga quilmeña.
El descuento de Rescaldani, por un dudoso penal, sólo sirvió para la estadística. Quedó flotando en el aire la sensación de que mucho deberá trabajar el técnico para superar los errores que comete el equipo, con 9 goles en contra en dos fechas.
Para colmo sufrió la lesión de Romero -no entró en el segundo tiempo- y las molestias de Calello, debiéndose agregar que para el partido del martes a las 17 con Bánfield -perdió 3 a 1 con Arsenal- no podrá contar otra vez con el Chapu Braña, quien recibió dos fechas de suspensión.
Grelak no la tiene fácil. Los números preocupan, aunque no debe sorprender en un equipo que recién se está formando y que cuenta con buena cantidad de jóvenes en su formación.
Habrá que ensamblar piezas, armar el rompecabezas y tratar de ganarle tiempo al tiempo para recuperar  la confianza.
Banfield será una buena prueba -será árbitro Pablo Díaz- porque una nueva derrota puede abrir los interrogantes para el encuentro del lunes 22 en el Centenario con el ascendido Patronato.
Se sabía que esto podía pasar, por la manera en que Alfredo Grelak realizó su trabajo, con bastante ausencia de jugadores de jerarquía, sobre todo por el tema económico.
En Quilmes hay un clima institucional que sin duda repercute en lo deportivo. No hay dinero, los directivos brillan por su ausencia, y apenas aparece el perseverante Carlos Coloma, quien ya adelantó que seguramente será el candidato a presidente del oficialismo. Pese a ello también aclaró que si gana la oposición se brindará el apoyo a quienes deban gobernar el club desde mediados de año (las elecciones podrían incluso adelantarse, porque hay prevista una asamblea para marzo y habrá que ver si el oficialismo vuelve a quedarse sin quorum).
En este panorama, lo que queda como más importante -como lo decía Mauro algo empapado por la lluvia impiadosa- es la fidelidad de la gente -los de siempre- que cantaban con la derrota consumada, con las críticas dirigidas a los directivos (el consabido "váyanse todos, que no quede...") y el aplauso a los futbolistas que con su juventud y sus limitaciones mostraron que tienen ganan de cambiar la historia.
En viernes de diluvio, Quilmes fue otra vez sopa... Eso no quita que se siga alentando a "la nueva..." camiseta, que lleva la pasión de siempre. 

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