RICARDO Z


Ricardo Zielinski, técnico de Belgrano de Córdoba, cumplirá el 14 de diciembre nada menos que cinco años al frente del equipo. Todo un récord, que se basa en una apuesta a futuro, con un proyecto y la realización de las cosas con criterio.
Para eso necesitó tener un presidente que apostó a lo mismo, como Armando Pérez, que llevó al pirata cordobés de la ruina a un presente exitoso.
Zielinski ya firmó contrato hasta fines del año próximo. Si bien reconoció que tenía muchas propuestas, prefirió la tranquilidad celeste, contento por el clima en el que trabaja y la posibilidad de que todas las partes tiren para el mismo lado. Una fórmula que tendrían que aprender muchos clubes del fútbol argentino, por supuesto, Quilmes incluído.
Hoy se publica en el diario La Nación una extensa nota a Zielinski, en página central de la sección deportes. Allí dice que el fútbol argentino lo respeta, porque sabe que es serio y no, un chanta.
Zielinski fue futbolista, comenzando por San Telmo, y pasando por Argentino de Quilmes, Chacarita y otros clubes.
Como técnico empezó bien de abajo -Ituzaingó-, recorrió 13 clubes más antes de llegar a Belgrano en el 2010, entidad en la que sigue un año más. Sin duda, un hombre récord como técnico en un fútbol que suele ser cruel cuando los resultados no se dan.
La permanencia se acompañó con vaivenes, pero en el haber hay mucho más de lo que pudo haber en el debe.
"Si no hay buenos resultados, es imposible que un proyecto se prolongue en el tiempo, por más buena voluntad que haya de ambas partes" sentencia.
Reconoce que el último entrenador que hizo un trabajo muy bueno fue Carlos Timoteo Griguol.
"Hay que tener autocrítica: los entrenadores, cuando les va bien, quieren cambiar enseguida de equipo y los dirigentes, cuando les va mal en un par de partidos, quieren cambiar también. Se puede desarrollar otra idea".
Así subraya el equipo que se armó con el presidente de Belgrano, Armando Perez. "Creamos un buen equipo porque tiene una mirada de empresario, no tiene  necesidad económica, como les pasa a otros... Y yo no tengo el sí fácil. A pesar de que me vinieron a buscar, me gustan los proyectos, por encima del dinero o de algunos buenos nombres. Mi idea es terminar con él: empezar juntos y terminar juntos, seguramente en diciembre del año próximo".
Zielinski y el presidente del pirata parecen haber entendido el comando de un equipo de fútbol con sentido gestáltico, donde el todo está por encima de los partes. Un ensamble, que reconoce que las piezas engranen  por doquier.

Aquella vez

Entre los clubes que dirigió Ricardo Zielinski vale citar su paso por Defensa y Justicia, allá por 2002. Cuando fue futbolista de Argentino de Quilmes, tuvo una buena relación con el dirigente mate del fútbol, el recordado Guerrero, quien después en el fútbol del Halcón lo llevó a la dirección técnica.
En ese tiempo vivía en Lanús, se estaba construyendo la casa: Un buen día, como mi hija debía ser operada de un codo en un nosocomio de la ciudad, fui a visitarlo a su casa. Mostró la misma sencillez que hoy tiene cuando la gloria lo rodea por todo lo logrado en Belgrano.
No se la cree, y con eso se ha ganado el afecto de media ciudad de Córdoba, y por qué no, del fútbol argentino que valora las virtudes para permanecer, superando todas vicisitudes.
Así, cuando el cronista de La Nación le dice que había tenido ofertas de Independiente y Rácing, y decidió seguir en Belgrano, él dice con humildad: "Primero, estoy en un equipo grande porque no todos los equipos de Argentina pueden actuar ante 45 ó 50 mil personas cuando jugamos en casa. Es un club ordenado, es  muy difícil conseguir algo igual. Y después, porque uno cree que cuando se compromete con un proyecto, hay que continuarlo y no por querer ganar un par de mangos más o por ir a lugares que seducen, se puede arruinar todo. Siempre quise continuar. Hay un montón de factores, como la proyección de los juveniles, que es lo que más me interesa. No se trata sólo de ganar un partido o clasificar por algo. Se trata de dejar algo. Belgrano, a la larga, será un club capitalizado. Admiré mucho a Griguol. El concepto de largo plazo de Griguol es una de las cosas más valiosas que quedó en el fútbol argentino".
Más adelante recuerda que Griguol obligaba a los chicos que fueran a la escuela. "Yo también les pido que estudien. Lo más importante es estudiar. En Belgrano, es una obligación estudiar. Deben terminar la secundaria. Si no anda bien en la escuela, no es considerado. Si es un crack, debe estudiar y comprender mejor el escenario. El día de mañana, si no juega por un par de meses, no pasa nada. Porque si después no entiende qué va a firmar, de qué trata la vida... Además, no todos los cracks terminan jugando al fútbol. Hay muchos genios en el barrio que no pudieron ser profesionales porque no tuvieron una buena conducta o porque no tuvieron buenos consejos. Hay que estar al tanto de la vida personal, que se compren un departamento con el primer contrato, inculcarles que el fútbol no es parea toda la vida".
"Algunos chicos vienen con muchas necesidades, tienen que saber que el fútbol  no lo es todo".
Clarito, sin duda. Y Belgrano lo capitalizó, porque 7,5 millones de dólares recaudó Belgrano con ventas de futbolistas potenciados por Zielinski, como Vázquez, Lollo y Melano.

Comentarios