LECTURA K

Que Aníbal Fernández sea "el elegido" para ocupar la Secretaría General de la Presidencia, parece dar la razón a aquel sketch que se presentaba en el programa de Jorge Lanata, Periodismo para Todos, en que el actor que imitaba a AF se deshacía en obsecuencia hacia la presidenta.
A esta altura de los acontecimientos, CFK quiere confiar sólo en su círculo aúlico y parece que la designación de Aníbal corrobora esta mención, porque se sabe de la lealtad del quilmeño.
Y el que ocupaba ese cargo, hombre de extrema confianza de CFK, va a la SIDE, organismo que con la inteligencia como excusa puede seguir los pasos de todos a los que interesa hacer inteligencia.
Algún hincha Cervecero podrá decir -sobre todo los de la popular que insultaron a AF- que seguramente será más eficaz en esta nueva función -nueva vieja porque ya la cumplió con Eduardo Duhalde, de quien hoy está distanciado, pero a quien le debe muchísimo- que en la conducción del Decano del fútbol argentino, con más problemas que los Pérez García.
Seguramente, Aníbal Fernández tendrá más protagonismo mediático que su antecesor, Parrilli, poco propenso a las notas o a provocar polémicas.
Ultimamente Aníbal dijo, entre otras cosas, que en su momento votó a Martín Insaurralde como diputado "tapándose la nariz". Hoy, Diputados, debe aprobar la renuncia de Insaurralde para volver a ser intendente de Lomas de Zamora, y precisamente en Lomas, en su Universidad, el dúctil Aníbal Fernández se recibió de contador primero y de abogado, años más tarde.

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