PERON

Hoy, hace 59 años, caía el general Perón. Su gobierno era derrocada por la llamada revolución libertadora. Aquel 16 de setiembre de 1955 fue la continuación de lo ocurrido también un 16 pero de junio de ese año 55, cuando fue bombardeada la Casa de Gobierno, en un acto increíble, que dejó el saldo de muertos y heridos, y que abrió precisamente heridas que no cicatrizaron, y que terminaron por generar años después una pila de hechos violentos, con divisiones entre los argentinos.
Perón se fue en una cañonera a Paraguay y de ahí a Panamá, donde conoció a Isabel Martínez, con quien se casó.
En el año 73, Perón volvió a ser presidente de los argentinos por tercera vez en su vida, aunque en esta oportunidad su mandato duró poco porque el 1 de julio de 1974 falleció, siguiéndolo su viuda, derrocada por el gobierno militar el 24 de marzo de 1976.
Perón había sido proscripto, en realidad el general Lanusse había dicho que no le daba el cuero y estableció un límite para regresar al país, a fin de participar de los comicios del 73.
En una jugada política, Perón impuso la fórmula Cámpora-Solano Lima, que ganó holgadamente las elecciones del 73. Sólo 49 días estuvieron en el poder, llamándose elecciones y ahí se adjudicó la victoria la fórmula Perón-Isabel.
Perón  había dicho que su único heredero era el pueblo. Eso generó sin duda todos los problemas de sucesión que se dieron después, con divisiones, internas feroces y apariciones de presuntos líderes, que le pusieron el agregado de "ismo" a su corriente, como Duhalde, Menem, Kircher, Néstor y Cristina, etcétera, con mayores o menores matices en cuanto a peronismo puro.
Hoy la Constitución  nacional impide la reelección de la presidenta Cristina Kirchner, pese a que su hijo Máximo días pasados en Argentinos Juniors desafió a la oposición a ganarle a su madre, si es que están tan seguros de que el kirchnerismo fue.
Máximo, con ironía, desconoció lo que dice la Constitución, aunque sus adláteres (léase Larroque, De Pedro, Aníbal Fernández, Carlos Kunkel...) salieron a defender la posición, a tal punto que el propio Kunkel -con dos K en el apellido- sostuvo que si fuera necesario habría que cerrar el Parlamento, es decir, si el Congreso no se aviene a reformar la Constitución, para lo cual necesita los dos tercios.
En fin, 59 años de la caída de Perón, y una Argentina que sigue buscando su destino, intentando unir, aunque sufriendo las divisiones que han afectado al país en los últimos doscientos años (unitarios y federales, porteños y provincianos, peronistas y antiperonistas, radicales y conservadores, etc, etc).
Ojalá que algún díqa se le pueda predicar a las próximas generaciones que la Patria está por encima de todos los intereses personales, y por más poder que se quiera disfrutar y se deje subyugar, predomine el sentimiento nacional, el orgullo de ser argentinos por encima de cualquier bandería política.
Lógicamente, para esta madurez cívica se necesita tiempo, años, muchísimos de democracia, cuyas heridas, como decía Bartolomé Mitre, se curan únicamente con más democracia.

Comentarios