DON JULIO

Murió Julio Grondona, presidente de AFA desde abril de 1979 y vicepresidente de la FIFA. Un eterno dirigente del fútbol, que marcó un hito en la historia del más popular de los deportes, tanto en el país como en el mundo.
Don Julio tenía 82 años y había sido internado en el Sanatorio Mitre, por una descompensación.
La muerte ha conmovido al mundo del fútbol y se espera, según anunció el vocero de AFA, Ernesto Cherquis Bialo, la presencia de dirigentes, futbolistas y allegados al fútbol que vendrán a despedirlo desde distintas partes del mundo.
Desde ya se decretó una semana de duelo en AFA, habiendo sido suspendidos todos los encuentros programados en todas las categorías del fútbol argentino.
Julio Grondona comenzó su carrera dirigencial en Arsenal de Sarandí, club del que fue uno de los fundadores, su presidente y gestor. Luego presidió Independiente de Avellaneda y de ahí fue catapultado a la Asociación del Fútbol Argentina, donde llevaba nada menos que 35 años al frente de ese sillón.
Durante toda esta etapa superó todos los gobiernos, militares y civiles, y logró que siempre fuera elegido por sus pares. Sólo una vez tuvo oposición, cuando el árbitro Teodoro Nitti se presentó y logró apenas un voto.
La muerte de Grondona abre un gran interrogante sobre el futuro de la AFA. Por ahora, será presidente interino el actual vicepresidente, Luis Segura, titular de Argentinos Juniors.
De aquí en más se abre una gran incógnita por saber qué puede producir este hecho, porque Grondona había logrado la increíble situación de que siempre fuera elegido por los dirigentes del fútbol argentino.
Sin él, no se sabe si se pueden producir grietas o bandos para gobernar una entidad como AFA, que representa a los clubes y que se había acostumbrado a mantenerse de la mano de Grondona.
Grondona y otros vecinos de Sarandí fundaron Arsenal en 1957, con los colores de Independiente y Racing, porque los fundadores tenían pasión por esos colores.
De Arsenal -club que nació en el barrio, con la sede en la zona del famoso Corralón de los Grondona- Don Julio saltó a la presidencia de Independiente. En Arsenal jugó como centrodelantero Héctor Grodona, hermano de Julio, un forward efectivo que a lo largo de 349 partidos sumó la friolera de 169 goles, casi todos de cabeza según contó el historiador del club del Viaducto, Carlos Nanni.
Arsenal es el único club del fútbol argentino que jugó en todas las categorías, y que nunca descendió.
Tuvo en su momento el récord de un técnico que estuvo más de 13 años al frente del plantel superior, el señor Elena.

En AFA

Julio Grondona llegó a la presidencia de AFA en abril de 1979, en medio de un gobierno militar. Durante su gestión el fútbol argentino sumó logros, entre otros el título mundial de 1986 en México, el subcampeoanto de 1990 en Italia y el subcampeonato reciente en Brasil. También el título mundial juvenil en Japón, en 1979, y otras conquistas en certámenes juveniles.
En estos días Grondona se preparaba para proponer al sucesor de Sabella al frente de la selección nacional, ante la decisión del técnico de dar un paso al costado y todas las fichas parecían puestas en Gerardo Tata Martino.
Grondona se convirtió con los años y con la experiencia ganada en el fútbol en un referente mundial, llegando a la vicepresidencia de FIFA (entre los asistentes al velatorio se anuncia al suizo Joseph Blatter, titular de la entidad mundial de fútbol).
Grondona decía sin ponerse colorado que no sabía inglés pero se jactaba de manejar los números con singular maestría, como para ocuparse de los millones de dólares que manejaba la entidad mayor del fútbol mundial.
Su manejo de situaciones le permitió sobrevivir a todos los embates en su contra, con una ley casi invencible, de lograr el consenso en AFA de todos los dirigentes, por más que fuera de la sede de Viamonte 1366, muchos presidentes de clubes despotricaran contra el autor de la frase "todo pasa" que lo acompañaba en su famoso anillo.
Alguna vez concurrió a la comisión de Deportes de la Cámara de Diputados de la Nación para exponer alguna cuestión ligada con el fútbol, y debió aclarar a los legisladores que no era doctor, porque lo llamaban "doctor Grondona". "No, el doctor es el otro (por el periodista Mariano)" decía don Julio con ironía.
Tuvo una habilidad suprema para conformar a todos y caer siempre bien parado ante cualquier cimbronazo que la política futbolística le deparaba. Su última creación fue la vuelta a los torneos largos, que esperan realizarse el año próximo, por eso en lo que queda del semestre se va a jugar un torneo de Transición, que iba a empezar el viernes y por su muerte, fue postergado.
También se destacó por esquivar las críticas, a tal punto, como ejemplo, que tenía como vocero al periodista Cherquis Bialo, quien fue en su momento un gran detractor (lo llamaba Padrino a Grondona) y terminó siendo el encargado de hablar por AFA ante la prensa. Precisamente, esta tarde mostró su dolor por la muerte de don Julio y anunció que se espera la visita de personalidades de todo el mundo.
¿Quién ocupará el sillón de don Julio? Es muy prematuro hacer un diagnóstico. Sólo se sabe que por ahora estará Luis Segura, el titular de Argentinos Juniors y vicepresidente de AFA.
Habrá que ver qué dice Diego Maradona de esta muerte, sabiendo los fuertes cruces que en los últimos tiempos hubo entre ambos. Una relación que en algún momento fue importante entre Don Julio y Diego y que se fue deteriorando desde el mundial de Estados Unidos, cuando Diego habló de que le habían cortado las piernas con el control antidoping, que dio positivo, y que aparentemente fue una puñalada del propio Grondona, quien había asegurado -al menos así se dijo- que no tendría controles el Diez.
La muerte de don Julio es un sacudón importante a la historia del fútbol argentino de las últimas décadas. Se abre un interrogante, sobre todo para saber si aquellos que despotricaban contra Don Julio fuera de la calle Viamonte, ahora tratarán de sacar rédito para posicionarse en una lucha por el poder que de por sí solo provoca el fútbol.
Fútbol para todos, AFA, el kirchnerismo, el gobierno de Cristina, y todos los condimentos que hacen a un deporte superprofesionalizado ingresan al banquillo de las incógnitas para finalmente saber qué será de ahora en más. Como cuando murió Perón o cualquier líder mundial, en cualquier disciplina, la pregunta que queda picando es la siguiente: ¿Y ahora qué?

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