QUILMES: CANTO CARUSO

Enojado, sacado, quebrado por la imposibilidad de ganar, el técnico de Quilmes, Ricardo Caruso Lombardi, mostró ante las cámara su bronca contra el buen árbitro Sergio Pezzotta, y pidió que Aníbal Fernández, jefe de gabinete y vicepresidente del QAC, se encargue de los árbitros para que fallen bien.
El habló de los penales que no cobró contra Argentinos Juniors -quizás el más visible haya sido el que le hicieron a Leyes sobre el final del primer tiemnpo- y también de la expusión de Sebastián Martínez, que no podrá jugar contra River el domingo 3 de abril a las 16. Tampoco podrá estar Garnier, porque llegó a la quinta amarilla, en fin, dos bajas sensibles ante el Millonario, que al decir de Caruso "se estará frotando las manos Jota Jota López porque Quilmes va a estar con dos bajas importantes".
Màs allá de las quejas del DT, la realidad, que es la ùnica verdad, dice que el Cervecero mejora pero cada día está peor en el promedio, con un destino Descenso que ni siquiera Aníbal Fernández (o Meiszner) pueden cambiar. En todo caso, se podrá estirar la agonía, para que como único consuelo quede irse de la categoría con dignidad.
Con Caruso, Quilmes ha ido mejorando. Primero fue la derrota con Tigre, inmerecida por cierto, luego el empate con Independiente y ahora este 0 a 0 con los Bichos, en un partido que fue bastante parejo y donde Quilmes pudo haber ganado, si Jota Jota Morales no hubiera estado tan peleado con el arco rival (perdiò dos goles increìbles).
Sólo queda entonces para Quilmes seguir sumando, alguna vez será de a tres, como para alentar alguna esperanza en estos 12 partidos que restan, o sea 36 puntos. La realidad es que para soñar con la Promoción hay que sumar 24 puntos o sea 8 victorias, algo que parece imposible para quien todavìa no ganó en el Clausura y que en el Apertura apenas lo hizo 4 veces.
En tanto, hay que pensar en una semana especial. El domingo 3 de abril llega River al Centenario, todo hace suponer un estadio lleno para vivir una auténtica fiesta de fútbol de primera división, soñandol con que por fin se logre la primera victoria del torneo.
Más allá de las palabras, hoy es tiempo de hechos. Caruso no puede echarle la culpa a Pezzotta del nuevo empate o de los penales no cobrados. En todo caso, tendría que enojarse por los goles malogrados por Jota, si hay que llegar a ese extremo, sólo admisible en este estado de agonía.
Queda como saldo la mejoría de un paciente casi terminal. Ojalá que este rumbo se mantenga y sirva para justificar que al menos el equipo que armò Tocalli, con esa legión de futbolistas (¿Sólo Tocalli...?) termina el Clausura con la mejor imagen posible. Como para ir delineando el equipo del Nacional, y tomar alguna ventaja en un certamen que comienza en agosto y que cada vez es màs nacional. Mientras, habrà que pelear palmo a palmo y terreno a terreno cada posibilidad que aùn da este Clausura.

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